https://elpais.com/elpais/2017/08/14/opinion/1502713594_301390.html
por Víctor Lapuente Giné, elpais.com / 15 de agosto de 2017
La palabra de este verano es turismofobia. Pero podría ser neocarlismo. Pues algunos ataques contra el turismo tienen el sabor reaccionario y comunitario del viejo carlismo. Más allá de la adhesión a un candidato a la corona, lo que caracterizó al carlismo, y a otros tradicionalismos europeos del siglo XIX, fue el miedo a las disrupciones sociales derivadas de la apertura comercial y la creación del Estado de derecho liberal. Frente a ello, los carlistas se aferraron a los fueros y valores locales.
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Y el municipio más importante gobernado por la CUP es precisamente Berga, la antigua capital del carlismo catalán.
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